¡¡ El espejo del alma !1 A lo largo de la vida, das y quitas importancia, a hechos y personas que un buen día te hacen reflexionar...sin saber porqué. No te conozco de nada, pero no importa: Mi espejo me dice que tienes cara de mancha, de error reciente, de arrepentimiento por algo que has hecho sin querer o que harás de inmediato sin poder evitarlo. Te muerdes los labios mientras miras al infinito de mi asiento, con las uñas clavadas en tus rodillas. Te sientes mal pero bien, orgullosa y culpable, mala o traviesa como en tu adolescencia. Quisieras ser joven, más joven. ¿Cuántos tienes ahora?, ¿34?, ¿36?), ser como antes, como en aquellos tiempos en los que nada importaba demasiado y te creías libre, inmune a todo, impermeable, inconsciente. Pero ahora el peso de los años te obliga a ser responsable, a rendir cuentas, aunque no quieras o intentes rebelarte sabes que las responsabilidades pesan; tienes que rendir cuentas, dar la cara, comportarte como una ciudadana más. Yo, por mi parte, trato de apoyarte, de animarte en silencio. Mientras conduzco te mando señales a través del espejo. Te digo con los ojos: Adelante. Hazlo. Haz lo que sea y no mires atrás. Seguro que, una vez hecho, creerás que ha merecido la pena. Te sentirás joven, enérgica, viva. - Aquí, aquí – me dices, nerviosa. Freno, me detengo. Cruzas mi mirada por un segundo: Creo que has captado mi mensaje. En esto abres tu puerta y, de un salto, sales corriendo. Te marchas corriendo. Te vas sin pagarme los 12,40 € del trayecto, quiero decir. Yo tenía razón. En efecto, te llegó mi mensaje, hija de tu madre. El Novillero de la Villa. |