Nunca entenderé el por qué de las coacciones . . . . . . . y es que al hilo de lo ocurrido al Teniente de Alcalde, lo cual lamento y nos debería hacer reflexionar sobre lo que estamos haciendo y hemos hecho. Consentir, como se ha consentido en su momento, por parte de organizaciones políticas que, desgraciadamente coinciden con los mismos, nos puede llevar, en ocasiones en aras del revanchismo, tan común en nuestra historia y tan olvidado en la actualidad, a situaciones como la que José Luis ha sufrido. Y es que no se puede consentir que militantes o simpatizantes de un determinado grupo político, consienta, fomente o jalee o lo haya hecho en su momento, insulten, pinten, amenacen, molesten o joroben a los que no piensan como ellos, por que no cortar de raíz, cuando estas cosas han ocurrido, para que no se repitan, nos puede llevar a que otros elementos tomen determinaciones que lo único a lo que nos pueden llevar es a un incremento del odio, de la división y una confrontación física. Y esto señoras y señores, es lo que nos ocurrió en su momento y nuestra obligación es recordarlo para no volver a repetirlo, para no cometer errores pasados, para no sufrirlo de nuevo y quienes jalean y ponen como prioridades en sus discursos resucitar viejos fantasmas que deberían estar enterrados, o se han olvidado de la historia o no la conocen o son verdaderamente malévolos que con sus absurdas pretensiones de malas bestias sin escrúpulos, nos pueden llevar de nuevo a caer en lo que deberíamos haber aprendido, para, como he dicho, que no nos vuelva a ocurrir. Y, desgraciadamente, amiguitos y amiguitas, enemiguitos y enemiguitas, por lo sucedido, no hemos aprendido nada, o simplemente, desconocemos nuestra propia historia, lo cual, puede ser aún, mas grave. |