Muchos de los más destacados socialistas se formaron en colegios privados, religiosos o laicos, o han escogido estos centros para que se formen sus hijos
Muchos de los más destacados socialistas se formaron en colegios privados, religiosos o laicos, o han escogido estos centros para que se formen sus hijos. Es el caso del candidato del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, que estudió en el Colegio de Nuestra Señora del Pilar, en la calle Castelló de Madrid, regentado por los marianistas. Allí también estudió Javier Solana.
Privados eran también dos de los colegios por los que pasó José Luis Rodríguez Zapatero, el de las Discípulas de Jesús, de León —al que también asistió Mariano Rajoy— y el Colegio Leonés, privado y laico, donde también estudió su mujer, Sonsoles Espinosa. La ex vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, se formó en el Instituto Francés de Zaragoza, primero, y en el Colegio Jesús y María, de Zaragoza y de Madrid, después.
Se formaron en centro privados los ministros Carme Chacón, que estudió en el Divina Pastora de Barcelona; Ángel Gabilondo, que lo hizo en el Sagrado Corazón de San Sebastián y de Mundáiz; y Cristina Garmendia, que se formó en un colegio francés de San Sebastián. También la ex ministra Bibiana Aído estudió en el Beaterio de Jesús, María y José de Alcalá de los Gazules.
Además, varios dirigentes socialistas han escogido centros privados para sus hijos, como José Blanco, cuyos vástagos estudian en el Colegio Británico; José Montilla, que envió a los suyos al Colegio Alemán de Barcelona San Alberto Magno, o Alfonso Guerra, que escogió para el suyo el San Francisco de Paula de Sevilla.
Todos ellos tienen derecho a escoger y han escogido, sus padres primero y después ellos mismos, sin embargo ahora nos vienen con la desfachatez de este demagógico vídeo, donde nos vuelven a sacar la esencia de las dos Españas de hace 60 años, la España de los santos inocentes que tanto provecho electoral les ha dado, no se dan cuenta de que la gente ya les ha visto el plumero, y todos sabemos que ese rancio abolengo que se le supone a ese niño pijo, ahora les pertenece a ellos mismos.