Un recuerdo para jose miguel (tocho) A JOSE MIGUEL SE LE PARÓ LA VIDA Se le paró el corazón, se le paró la vida; el pasado verano tuvo lugar su funeral en la abarrotada Iglesia de Villanueva de Gumiel en la Ribera del Duero. Como sucede con las grandes personas, los grandes momentos aunque sean de tristeza, reúnen a cientos y cientos de personas que desean darles su adiós particular. Será recordado como una gran persona, persona sencilla dispuesto siempre a hacer favores cada día, por ejemplo desde subirte las recetas con medicinas desde la vecina Aranda, bajar los hijos de los vecinos a los colegios cuando no había autobús, quedar con él para el día siguiente como si fuera un taxista para que te llevara sin cobrarte ni un mísero euro, siempre sin perder su sonrisa, como si el favor se lo hicieras tu a él. Son personas sencillas y de gran corazón, personas que destacan por su bondad, de cada hora, de cada día y así año tras año hasta el final de sus días: personas que nunca han tenido un no por respuesta, que nunca se han negado ni han disimulado su ayuda. Seguro que allá donde vaya tiene que haber un lugar especial reservado para él, un lugar bendecido, un lugar escogido, un lugar de felicidad manifiesta, un lugar desde el que seguro continuará haciendo favores. Gracias José Miguel, gracias por ser como eras, gracias en nombre de las numerosísimas personas a las que has ayudado, a las que hayas hecho favores, aunque ellas no sean muy conscientes o no la hayan vivido como tal desde tu tremenda naturalidad dabas la impresión que era al revés que eran ellas las que te lo hacían a ti. Adiós amigo. |